Saber cuánto ahorrar de tu salario es una de las decisiones más estratégicas para tu estabilidad financiera. No existe una cifra única que sirva para todos, pero sí criterios y porcentajes orientativos que pueden ayudarte a fijar un objetivo realista según tu nivel de ingresos. En 2025, con un coste de vida que sigue evolucionando y salarios que no siempre crecen al mismo ritmo que los precios, es más importante que nunca ajustar el porcentaje de ahorro a tu situación real, sin que suponga un sacrificio insostenible.
A continuación, te ayudamos a calcular este ahorro y a encontrar un método adaptado a tu situación personal.
Tu capacidad de ahorro no se mide solo por la cifra de tu salario, sino por el margen que queda después de cubrir gastos esenciales. Factores como el coste de la vivienda, el transporte o el número de personas a tu cargo condicionan el porcentaje que podrás destinar al ahorro. También influye la estabilidad de tus ingresos: no es lo mismo tener un sueldo fijo que depender de comisiones o ingresos variables.
La clave es identificar un porcentaje que puedas mantener de forma constante mes a mes, evitando depender de lo que “sobre” a final de mes.
Aunque cada caso es diferente, existen referencias orientativas que ayudan a marcar un punto de partida. Una de las más conocidas es la regla 50/30/20, que propone destinar un 50 % del sueldo a necesidades básicas, un 30 % a gastos personales y un 20 % al ahorro. Sin embargo, este porcentaje puede ajustarse según el nivel de ingresos:
La idea es adaptar el porcentaje a tu realidad y revisarlo cuando tu situación económica cambie.
No todos ahorran con el mismo propósito ni en las mismas circunstancias. Si tu objetivo es a corto plazo, como unas vacaciones, quizás te baste con un porcentaje más bajo durante unos meses. Si buscas una meta a largo plazo, como la entrada de una vivienda o la jubilación, tendrás que reservar un porcentaje mayor y durante más tiempo. Además, hay que tener en cuenta tu situación actual: quienes ya tienen cubiertas necesidades como la vivienda pueden ahorrar más, mientras que quienes afrontan deudas deberán priorizar liquidarlas antes de aumentar el ahorro.
Veamos cómo se traduce esto en cifras concretas con algunos ejemplos prácticos:
Aumentar lo que ahorras con algún método de ahorro no siempre implica ganar más, sino optimizar lo que ya tienes. Puedes revisar gastos recurrentes para detectar suscripciones o servicios que no utilizas, renegociar contratos de suministros o destinar ingresos extra directamente al ahorro. Automatizar una transferencia a una cuenta aparte al recibir el salario evita la tentación de gastar ese dinero. Otra táctica eficaz es reinvertir cualquier subida de sueldo o bonus íntegramente en el ahorro, manteniendo el mismo nivel de gasto habitual.
Uno de los errores más habituales es calcular el porcentaje sobre el salario bruto, lo que lleva a cifras poco realistas. Otro es no contemplar gastos anuales o estacionales, que pueden desajustar tu presupuesto si no están previstos. También es común esperar a final de mes para apartar el dinero, cuando lo ideal es hacerlo al inicio para garantizar que realmente se ahorre. Y, sobre todo, no fijar un porcentaje claro provoca que el ahorro dependa del azar, reduciendo las posibilidades de alcanzar objetivos.
Hoy en día existen calculadoras y aplicaciones que permiten estimar de forma rápida cuánto deberías ahorrar según tu sueldo, analizando tus ingresos y gastos. Estas herramientas te ayudan a visualizar distintos escenarios y ver cómo afectaría un cambio de sueldo, un gasto extra o una subida en el coste de vida.
Del mismo modo, es recomendable llevar un control detallado de tus finanzas, ya sea con apps especializadas o con una simple hoja de cálculo. Mantener una buena planificación financiera es tan importante como proteger tus ingresos a largo plazo, algo en lo que opciones como las que ofrece Aegon pueden jugar un papel relevante.
El porcentaje que ahorras no es un número fijo y debe ajustarse con el tiempo. Un aumento de sueldo, un cambio de vivienda o un nuevo objetivo pueden modificar la cantidad que destinas al ahorro. Revisar tu presupuesto cada pocos meses y adaptarlo a tu situación te permitirá avanzar sin sentir presión excesiva. Lo importante es que tu estrategia sea flexible, realista y sostenible, para que el ahorro deje de ser un esfuerzo puntual y se convierta en una parte natural de tu economía diaria.
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