El Euríbor continúa siendo el principal indicador que determina el coste de la mayoría de las hipotecas en España. Tras varios años de vaivenes, el índice ha entrado en una fase de relativa estabilidad, aunque los hogares todavía sienten el peso de las subidas acumuladas entre 2022 y 2024.
El último trimestre del año se perfila como un periodo de calma moderada: el Banco Central Europeo ha mantenido los tipos oficiales sin cambios desde primavera, y los analistas prevén que las posibles bajadas lleguen, como pronto, a comienzos de 2026.
Si tienes una hipoteca variable o estás pensando en contratar una nueva, entender cómo influye este índice es clave para tomar decisiones acertadas. En esta guía te explicamos de forma clara cómo afecta el Euríbor a la hipoteca en 2025, qué previsiones manejan los analistas y qué estrategias puedes aplicar para reducir su impacto en tus cuotas mensuales.
El Euríbor (Euro Interbank Offered Rate) es el tipo de interés al que los principales bancos europeos se prestan dinero entre sí. Se calcula diariamente tomando como referencia las operaciones entre entidades financieras, y sirve como base para la mayoría de las hipotecas variables en Europa.
Cuando el Euríbor sube, el coste del dinero aumenta y, en consecuencia, también lo hacen las cuotas de las hipotecas variables. Si baja, ocurre lo contrario: las mensualidades se reducen.
En España, más del 70% de las hipotecas firmadas están referenciadas al Euríbor, lo que explica por qué cualquier variación de este indicador tiene un impacto directo en los bolsillos de millones de familias.
Antes de contratar un préstamo hipotecario, es fundamental entender este mecanismo. De hecho, los bancos valoran factores como ingresos, estabilidad laboral o historial crediticio, tal y como se explica en esta guía sobre qué miran los bancos para conceder una hipoteca.
Durante una década, el Euríbor se mantuvo en niveles muy bajos, incluso negativos, lo que permitió disfrutar de cuotas hipotecarias reducidas. Sin embargo, a partir de 2022, el aumento de la inflación llevó al Banco Central Europeo (BCE) a subir los tipos de interés, provocando un fuerte repunte.
Entre 2023 y 2024, el Euríbor se situó por encima del 3,5%, alcanzando máximos que no se veían desde hacía más de una década. Esto encareció notablemente las hipotecas variables y frenó el acceso a la vivienda para muchas familias.
A lo largo de 2024, el índice comenzó a estabilizarse con leves descensos, en paralelo a la moderación de la inflación y las expectativas de que el BCE redujera los tipos oficiales. Así se llegó a 2025 con un panorama más predecible, aunque aún con margen para ajustes a lo largo del año.
En los meses que quedan de año, los analistas prevén que el Euríbor se mantenga estable entre el 2,8% y el 3%. El BCE podría comenzar a recortar los tipos oficiales a principios de 2026 si la inflación sigue contenida, lo que supondría un respiro adicional para quienes tienen hipotecas variables.
Esta estabilidad se traduce en que las cuotas no deberían subir más en lo que resta de 2025, e incluso podrían experimentar ligeras bajadas si el índice continúa su tendencia descendente.
Para quienes estén valorando la contratación de una nueva hipoteca, puede ser útil revisar el importe mínimo de una hipoteca y comparar distintas opciones, teniendo en cuenta el tipo de interés y las condiciones de revisión del préstamo.
El impacto del Euríbor varía según el tipo de hipoteca que tengas contratada. Cada modalidad responde de manera distinta a los cambios del mercado.
Es la más sensible a las variaciones del Euríbor, ya que su tipo de interés se revisa periódicamente (normalmente cada seis o doce meses) en función del valor del índice más un diferencial pactado con el banco.
Si el Euríbor sube, la cuota mensual aumenta; si baja, se reduce. En las revisiones de otoño, la mayoría de los hogares con hipotecas variables están viendo reducciones mensuales de entre 30 y 60 euros, dependiendo del capital pendiente.
Quienes tengan dificultades para asumir el aumento de cuotas pueden valorar la posibilidad de renegociar la hipoteca con su entidad para adaptar plazos o condiciones.
En este caso, el Euríbor no afecta directamente a la cuota, ya que el tipo de interés permanece constante durante toda la vida del préstamo. Sin embargo, su evolución sí influye en el mercado: cuando el Euríbor sube, las nuevas hipotecas fijas tienden a encarecerse, y cuando baja, se abaratan.
En 2025, muchas familias con hipotecas fijas firmadas en 2020 o 2021 están pagando tipos muy ventajosos (entre el 1% y el 2%), lo que les ha protegido de las subidas recientes.
Combina características de las dos anteriores: empieza con un tipo fijo durante un periodo inicial (normalmente de 3 a 10 años) y después pasa a ser variable. En 2025, este formato ha ganado popularidad porque ofrece cierta seguridad a corto plazo sin renunciar a la posibilidad de beneficiarse de bajadas del Euríbor en el futuro.
En este momento, quienes firmaron hace tres o cuatro años todavía están en la parte fija y no notarán cambios hasta que llegue la revisión. Para quienes se plantean firmar una ahora, pueden ser una alternativa interesante si se prevé que los tipos bajen a medio plazo.
Aunque la tendencia actual es de estabilización, sigue siendo recomendable tomar medidas para minimizar el impacto del Euríbor en tus finanzas:
En cualquier caso, antes de hacer cambios importantes, es fundamental conocer bien las condiciones de tu préstamo. Puedes encontrar información útil sobre normativa, tipos y trámites en la sección de hipotecas de Seguro de Vida y Familia.
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