El acceso a financiación es uno de los grandes retos de quienes trabajan por cuenta propia. A diferencia de los asalariados, los autónomos deben demostrar de forma más exhaustiva su solvencia y la viabilidad de su negocio. Por eso, conocer bien las distintas opciones disponibles, desde préstamos para autónomos hasta líneas ICO o fórmulas alternativas como el crowdfunding, resulta esencial para elegir la vía más adecuada según cada situación.
Los autónomos en España cuentan con distintas posibilidades de financiación, tanto a través de entidades bancarias como de mecanismos públicos y privados. Entre las más comunes destacan:
La clave está en analizar la necesidad concreta: no es lo mismo financiar una inversión a largo plazo que cubrir gastos puntuales de tesorería. Conviene estudiar los costes asociados (intereses, comisiones, avales) para asegurarse de que la financiación realmente ayuda al negocio y no lo lastra con deudas innecesarias.
Además, es habitual que las entidades soliciten avales o garantías adicionales, algo que puede complementarse con opciones de protección específicas para autónomos. En este sentido, resulta útil conocer la guía de seguros para autónomos 2025, que explica cómo blindar la estabilidad económica frente a imprevistos.
Los préstamos para autónomos son similares a los préstamos personales, pero diseñados para responder a las particularidades de este colectivo. Suelen destinarse a financiar la compra de un local, maquinaria, formación, expansión del negocio o simplemente a cubrir necesidades puntuales de liquidez.
Lo primero que conviene entender es que no todas las entidades ofrecen las mismas condiciones ni buscan al mismo tipo de cliente. Algunas se centran en autónomos con trayectoria consolidada, mientras que otras cuentan con líneas específicas para emprendedores que acaban de empezar.
Aparte de los criterios básicos, los bancos valoran distintos aspectos que pueden marcar la diferencia en la concesión:
En cuanto a las condiciones, suelen ofrecerse importes de entre 3.000 y 60.000 euros, con plazos de devolución que alcanzan hasta 7 años. El tipo de interés varía según el perfil del solicitante y la finalidad de la inversión. Otras características habituales son:
Un aspecto clave antes de decidir es comparar distintas ofertas: los tipos de interés, comisiones de apertura y gastos asociados pueden suponer diferencias notables en el coste final. Cada banco tiene sus propios criterios, pero en todos los casos buscan la misma señal: estabilidad económica y capacidad de devolver el dinero sin sobresaltos.
Además de los préstamos bancarios tradicionales, existen otras fórmulas de financiación para autónomos que pueden resultar más accesibles en determinados casos.
Las líneas ICO (Instituto de Crédito Oficial) son una de las herramientas más utilizadas. Se gestionan a través de bancos, pero cuentan con fondos públicos que permiten condiciones más ventajosas en tipos de interés y plazos. Están destinadas a financiar inversiones productivas o necesidades de liquidez y resultan una opción atractiva para pymes y autónomos que cumplan los requisitos.
El crowdfunding se ha convertido en una alternativa muy popular para financiar proyectos innovadores o con un fuerte componente social. A través de plataformas online, los autónomos pueden conseguir aportaciones de múltiples inversores a cambio de recompensas, participaciones o intereses.
Por su parte, los business angels son inversores privados que aportan capital y experiencia a proyectos con potencial de crecimiento. Suelen implicarse más allá del dinero, asesorando en la gestión y el desarrollo del negocio.
Los microcréditos son préstamos de pequeña cuantía, generalmente sin necesidad de aval, destinados a apoyar a emprendedores que no cumplen los requisitos de la banca tradicional. Pueden concederlos entidades sociales, fundaciones o bancos con programas específicos. Su objetivo es facilitar el inicio de actividad o pequeños proyectos de inversión.
La financiación para autónomos con deudas es más complicada, pero no imposible. Los bancos son más reticentes si existen impagos, aunque algunos pueden conceder préstamos si las deudas son pequeñas, están regularizadas o si se aportan garantías sólidas.
En este caso, conviene:
También es recomendable contar con un colchón de seguridad que permita afrontar las cuotas incluso en periodos de menor actividad. Una opción eficaz es disponer de un seguro de vida vinculado a la actividad profesional, como los que ofrece Aegon, que garantiza estabilidad económica a la familia en caso de imprevistos.
En resumen, los autónomos tienen acceso a distintas fórmulas de financiación, pero que buscan la misma premisa: demostrar la solvencia y viabilidad del negocio. Y si quieres conocer más posibilidades para reforzar tu seguridad económica como trabajador por cuenta propia, en Aegon encontrarás soluciones adaptadas a tus necesidades.
Temas que te pueden interesar