Conseguir una hipoteca es uno de los grandes retos de cualquier trabajador por cuenta propia. Los autónomos suelen enfrentarse a más trabas que los asalariados porque sus ingresos pueden ser irregulares y los bancos analizan con lupa la estabilidad del solicitante. Sin embargo, con la preparación adecuada, reunir la documentación necesaria y seguir algunos consejos prácticos, acceder a una hipoteca para autónomos es totalmente posible.
Sí, los autónomos pueden solicitar una hipoteca en España igual que cualquier trabajador por cuenta ajena. La diferencia está en que las entidades financieras estudian con mayor detalle la situación económica: ingresos reales, constancia en el tiempo y capacidad de ahorro. Esto no significa que sea imposible, sino que es imprescindible demostrar que, pese a la variabilidad, existe una estabilidad financiera suficiente para hacer frente a la cuota hipotecaria.
Los bancos suelen fijarse en aspectos como los años de actividad, la evolución de los ingresos y el nivel de endeudamiento. Antes de dar el visto bueno, también valoran el historial crediticio y los ahorros previos para la entrada, algo que puedes planificar con antelación siguiendo estrategias de ahorro para comprar una casa.
Aunque cada banco tiene sus propios criterios, hay una serie de requisitos comunes en las hipotecas para autónomos. Cumplirlos aumenta notablemente las posibilidades de aprobación.
El primer aspecto que revisan las entidades son los ingresos. No basta con tener picos de facturación altos en determinados meses, lo importante es que exista constancia. La mayoría de bancos solicita que la cuota hipotecaria no supere el 30-35% de los ingresos netos mensuales.
También revisan gastos fijos, deudas activas y el ratio de endeudamiento total. Aquí resulta clave conocer qué factores tienen más peso en la decisión y qué miran los bancos para conceder una hipoteca.
Otro de los requisitos de las hipotecas para autónomos es demostrar una trayectoria laboral sólida. Lo habitual es que los bancos pidan al menos entre 2 y 3 años de antigüedad en la actividad, respaldados por declaraciones fiscales. Esto les da confianza de que no se trata de un negocio ocasional o de ingresos inestables.
Si acabas de empezar como autónomo, puede resultar más complicado, aunque no imposible, acceder a financiación. En este caso, la aportación de un aval o mayores ahorros iniciales se convierte en una vía para equilibrar la balanza.
A diferencia de un asalariado, que sólo tiene que presentar sus nóminas, el autónomo debe entregar un dossier más completo. Entre los documentos habituales se encuentran:
Además, es común que el banco pida información sobre otros préstamos en curso, deudas pendientes o bienes en propiedad. Para no perder tiempo, conviene tener toda esta documentación preparada con antelación.
Conseguir una hipoteca siendo autónomo puede parecer más difícil, pero hay formas de aumentar las probabilidades:
Si tras varios intentos no logras que te aprueben la hipoteca, existen otras posibilidades para financiar tu vivienda:
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